Es una inflamación de las membranas que
rodean el cerebro y la médula espinal. Puede estar provocada por virus, hongos
y bacterias, incluyendo Listeria, los estreptococos del grupo B y E.
coli.
Los síntomas de infección en los recién
nacidos no son muy específicos y pueden incluir llantos inconsolables,
irritabilidad, dormir más de lo habitual, somnolencia, falta de interés por
mamar del pecho o tomar el biberón, temperatura corporal baja o inestable,
ictericia, palidez, problemas respiratorios, erupciones, vómitos o diarrea. A
medida que va avanzando la enfermedad, las fontanelas del bebé, o puntos
blandos, pueden empezar a abultarse o sobresalir.
La meningitis, sobre todo la de origen
bacteriano, es una infección grave en los recién nacidos. Si se sospecha que un
bebé puede tener meningitis, se le practicará una punción lumbar, insertando
una aguja especial en la columna vertebral para extraer una muestra de líquido
cefalorraquídeo. El tratamiento de la meningitis depende de lo que la haya
provocado. Los lactantes con meningitis fúngica o bacteriana recibirán antibióticos,
mientras que algunas meningitis de origen vírico se puede tratar con fármacos
antivirales. Todos los bebés con meningitis suelen tener que pasar un tiempo en
el hospital, donde, aparte de administrarles abundantes cuidados paliativos,
pueden controlarlos atentamente.
Los agentes infecciosos entran a las meninges
de varias maneras: Por vía hematógena durante una bacteremia, a partir de
infecciones de las vías respiratorias altas (fracturas de cráneo, defectos
congénitos de la duramadre), a través del cráneo, por las vénulas
nasofaríngeas, por diseminación directa de un foco infeccioso subyacente
(sinusitis, ruptura intraventricular de un absceso cerebral) por introduccion
de organismos durante procedimientos quirúrgicos o diagnósticos (punción
lumbar). Una vez establecida la infección meníngea, ésta se extiende
rápidamente a través del espacio subaracnoideo.
La patogénesis de cada agente o de la familia
de virus que causa la meningitis viral es variable. Sin embargo, la incidencia
de la meningitis viral es una complicación poco frecuente de las infecciones
sistémicas comunes. Los virus penetran en el huésped inicialmente a través del
tracto respiratorio, tracto gastrointestinal, tracto urogenital, o roturas en
la piel. La mayoría de los virus se replican cerca del sitio de entrada (la
replicación de primaria) y tener acceso al SNC por vía hematógena más común o a
través de vías nerviosas (nervios perifericos). Después de la replicación
primaria, el virus se propaga al tejido linfático, donde puede haber ampliación
de la carga viral, y luego en el torrente sanguineo El virus entra en el
sistema nervioso central a través del plexo coroideo o por infección de las
celulas endoteliales capilares . Algunos virus de la rabia, virus (herpes
simple, virus varicela-zoster, y de la poliomielitis) pueden usar la vía
neuronal entrar en el sistema nervioso central a través del transporte axonal
de la mucosa, músculos o las uniones neuromusculares. Los virus que entran en
el SNC a través del plexo coroideo son más propensos a producir meningitis
virales, mientras que las otras vías son más propensas a ser utilizada por los
virus causantes de encefalitis o mielitis.
La inflamación en las partes más profundas
del cerebro y la necrosis neuronal no se ven. La combinación de la destrucción
de las células ependimarias y meníngea y la consiguiente respuesta inflamatoria
al parecer es responsable de las manifestaciones clínicas de la fiebre, rigidez
de cuello, dolor de cabeza y fotofobia.
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